Desde hace varias semanas, las chinches son unas peregrinas ms del Camino de Santiago. Hosteleros del municipio pontevedrs de Caldas han apuntado a las mochilas de los peregrinos y al transporte colectivo como principal forma de transmisin de estos insectos.
As, la gerente del albergue Albor, Yolanda Rey, explica a Europa Press que este ao los peregrinos estn haciendo ms uso del servicio del transporte de mochilas, por lo que si hay una mochila que las contiene, al ir todas juntas, «automticamente se hace ese contagio».
A rengln seguido, ha puntualizado en que las chinches «no se pueden erradicar», pero que «se deben controlar». De esta forma, cuando un peregrino le avisa de que vio una chinche utiliza ozono, saca todos los elementos textiles donde se puedan esconder y usa un insecticida, adems, esa habitacin queda inutilizada hasta acabar con el problema.
Otro de los hosteleros de Caldas, el propietario del albergue La Posada Doa Urraca, Jess Faria, ha coincidido en las palabras de Rey y ha afirmado que chinches en el Camino «siempre hubo» y ha incidido en que aunque este ao «fue ms acusado, no es una plaga».
En lo que respecta a los peregrinos, Faria ha sealado que creen que deben de tener ms conciencia sobre donde dejan las mochilas a lo largo de su recorrido.
El alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, ha sealado que «se est magnificando una situacin» que ni en el Ayuntamiento, ni en la Polica Local «no hay» ninguna denuncia.
Con todo, ha recordado que hace unos meses cerr un albergue que tena ese problema, pero actualmente los locales hoteleros de la localidad «tienen todo a pleno rendimiento» y «no tienen nada».
Finalmente, ha puntualizado que si fuese una plaga no solo afectara a los albergues sino que tambin a los domicilios de los vecinos y ha recalcado que «no hay» ninguna denuncia sobre esto.
Plaga en Portugal
En Portugal, las empresas de exterminio alertaron de que ha habido un aumento de los pedidos para tratar problemas de chinches de cama en el pas, especialmente en grandes ncleos como Lisboa, donde afirman que existe una autntica «plaga».
«No podemos dar respuesta a todos los pedidos, porque el nivel de infestacin, en especial en la zona de Lisboa, es muy grande», ha explicado a la agencia EFE el presidente de la Asociacin Nacional de Control de Plagas Urbanas (ANCPU) lusa, Joo Leito, que ha detalado que este ltimo verano hubo «muchos ms» casos.
Pars hizo saltar la alarma hace semanas con su plaga de chinches, que alcanz butacas de cine y asientos del metro y el tren e hizo que el Ayuntamiento pidiese ayuda al Estado francs, pero estos insectos no son una novedad para los habitantes de Portugal y estos das protagonizan artculos en medios lusos.
Su presencia aument exponencialmente en los ltimos 10 aos con el boom del turismo, ya que las chinches viajan fcilmente en las maletas de los viajeros y acaban instalndose en los colchones y sofs de su ciudad de destino.
«En mi empresa hacamos dos o tres tratamientos al ao. Actualmente llegamos a hacer seis, siete u ocho al da», afirm Leito, que no obstante matiz que por el momento no le han llegado relatos de que estn presentes en el transporte pblico luso.
Trabajan en alojamientos tursticos pero tambin en casas particulares, con edificios «totalmente infestados», porque las chinches consiguen pasar incluso de un piso a otro.
El representante de las empresas de exterminio no dud en hablar de una «plaga», a pesar de que, lament, no existe una gran concienciacin por parte de las entidades pblicas sobre este problema.
«Hemos sido nosotros, las asociaciones y las empresas, quienes hemos intentado concienciar», dijo.
La Direccin General de Salud (DGS) lusa asegur recientemente, en un comentario enviado al semanario Expresso, que no tiene «ningn reporte formal sobre eventuales plagas de chinches por las autoridades de salud humana y salud animal, tanto a nivel regional como local».
Chinches de otro tipo
Mientras las chinches de cama hacen estragos, otro insecto de la misma familia, la chinche asitica, ha empezado a causar alarmismo en el pas por su presencia cada vez ms frecuente en los hogares, aunque los expertos aseguran que es inofensiva para los seres humanos y los animales.
«Es una especie totalmente herbvora», cuenta Hugo Gaspar, investigador del FLOWer Lab, un grupo del Centro de Ecologa Funcional de la Universidad de Coimbra que intenta concienciar a la poblacin sobre este nuevo insecto.
Empez a avistarse en Portugal en 2018 y desde entonces ha habido un «crecimiento exponencial», porque intenta entrar en las casas para buscar refugio durante la hibernacin, pero no presenta riesgos para la salud.
