Euroliga jornada 33
El cronómetro marcó en los segundos como quería el Barça, con 89-89 y el balón en las manos, el equipo estaría lo más cerca posible de los defensores tras la réplica del Maccabi. Cogió Laprovittola, parsimonioso, vio el espacio que tenía antes, hasta que de repente se levantó para lanzar un triple desde los dos metros, un poco de cuidado, una gran genialidad. Triple que derrotó al rival y encogimiento de los azules, por lo que lo dejó, a 5 segundos de iniciar el duelo. Baldwin, pletórico durante la noche, falló el lanzamiento más importante y el Barça celebró un triunfo del más reparador, luego se exilió a vender para no tener que apuntar al retrovisor, para no perder su lugar de privilegio en el Euroliga. Fue una victoria laboriosa, en momentos de inspiración, transversal a los tres de Abrines y Parker, también de Laprovittola, claro; también una celebración que permite al conjunto azulgrana disputar la última jornada -visita al Asvel, penúltimo clasificado- con el mismo espíritu, para tener presente la ilusión de Olympiacos, Panathinaikos y Fenerbahçe.
Las exigencias de clasificación se consideran desde el inicio de las armas, la diatriba pasará por todos, en este caso a excepción de un triple de Laprovittola y un mate de Nebo en la otra canasta que pretenden perder finalmente el duelo. Las defensas se imponen a los ataques; y mientras el Maccabi no pudo destrozar su juego eléctrico bajo la batalla de los bajitos -Lorenzo Brown y Baldwin-; El Barça no encontró la rampa hacia el club ni pudo financiar el mono que tanto deseaba, ese de las transiciones hipersónicas. Sabía poco sobre Satoransky y nada sobre Vesely, tan díscolo conexión checa, por lo que Grimau volvió a apuntar al banco, a reivindicar la otra simbiosis, que es la que tanto crece en los últimos partidos, en la que juega Ricky Rubio y posibilita que Willy Hernangómez ponga el punto. Digo y hecho porque primero Bud Spencer el árbol se definió como bajo, con los troncos y pivotes de sus pies; y entonces por qué Terenzio Collina ayudó a Kalinic y luego robó un balón y volvió a asistir a Da Silva. El doble funcionamiento de la película. Incluso si no duró mucho.
BARCELONA, 92 – MACCABI, 89
Barcelona: Satoransky (2), Laprovittola (15), Kalinic (4), Da Silva (10) y Vesely (17) -quinteto titular-; Rubio (4), Hernangómez (9), Abrines (17), Parker (14), Nnaji (0) y Jokubaitis (0).
Macabeo: Brown (6), Baldwin (22), Colson (7), Cohen (0) y Nebo (14) -cinco inicial-; Cleveland (6), Webb (5), Sorkin (0), DiBartolomeo (12), Rivero (8), Blatt (9) y Thomasson (0).
Parcial: 19-19; 25-24; 26-20; 22-26.
Árbitros: Damir Javor (Eslovenia), Sasa Pukl (Eslovenia) y Robert Vyklicky (República Checa). Eliminaciones de pecados.
Palau Balugrana. 7.258 espectadores.
El resultado fue que DiBartolomeo y Webb pidieron la bola y los parpadea desde la extraradio, un chof entre otros para tomar represalias contra el Barça, muy impresionado por el excelente trabajo de Rivero bajo el arma, que tanto le hizo pensar en las diferentes alturas azules, se puede preguntar por su genética, se movió en el cinturón cubano para derrotar a los rivales y notar sin En remisión, Vesely se expandió porque sus brazos se movían y poco más, no podía detenerlos. Con 10 debajo (25-35), el Palau se dejaba intimidar y desgañitaba, siempre efervescente en los momentos delicados, pasto habitual de un equipo que no tiene la confianza suficiente. Luego apareció Laprovittola para poner orden y puntos, pero sobre todo Abrines que se expresó desde ahí. concicinatres (de tres) triples para que el mundo se ponga azul al entreacto (44-43).
La vuelta al parquet la aconsejo Vesely, al final incisivo en el portero y ganador en sus duelos, Aerolíneas checas para tus saltos y viajes, para amarrar a tiempo. Seis puntos de carrera. Un revuelo que Brown y Baldwin, también bienvenidos, pueden controlar. Pero no así Jabary Parker, que entre los grises de la mesa grande favorece a Palestina por el conflicto bélico con Israel –”¡¡No al genocidio! Sí¡Libertad de Palestina!”, si repitieron-, empezaron la nada para recibir el balón, saltar y doblar la muñeca, encestar tres triples seguidos. El cuarto falló. En la fiesta acabó Hernangómez, que es él monstruo de las galletas cuando recibes el balón, porque en tus manos tienes una infinidad de puntos. 70-63 al final del último cuarto, sonrisa del Palau.
Entonces entendí que el equipo se arrepintió por unos momentos, sorprendió a Ricky con su baloncesto. Brilla brilla y cruz, por lo que perdió varios balones que desgraciadamente le dieron a un rival que no perdió los brazos, una enfermedad contagiosa como lo advirtieron Kalinic y Hernangómez, un penalti que castigó al tirador francés DiBartolomeo (75-76) y sobre todo a un Baldwin hirviente. , hoy porque se convertía en oro para cualquier acción. El Barça, sin embargo, no dio la talla, pero tiene ese carácter que muchas veces si es menos, y encontró en Vesely un buen ungüento. Abrines utilizó la pomada con triple energía (87-85) y Laprovittola respondió con su mejor marramiau a Baldwin, con un triple que valió uno playoffs con el factor puedes hacerte un favor. O casos. El equipo pidió al Asvel, equipo que está en las catacumbas, aunque ganó este partido a un defensa valenciano (69-98) que estaba casi descartado en Europa, hasta el punto de que bastaría con un triunfo del Efes o del Partizán.
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