Al menos diez migrantes tunecinos estaban desaparecidos, y uno de ellos murió, luego de que su bote se hundiera frente a las costas de Túnez durante un intento de cruzar el Mediterráneo hacia Italia, anunció el domingo 9 de julio un funcionario judicial. Los guardacostas tunecinos rescataron a 11 pasajeros del barco, dijo a Reuters Faouzi Masmoudi, juez de la ciudad de Sfax.
Túnez se enfrenta a una crisis migratoria sin precedentes y ha sustituido a Libia como principal puerta de entrada para las personas que huyen de la pobreza y los conflictos armados en África y Oriente Medio, en busca de una vida mejor en Europa.
La última tragedia eleva el número de muertos o desaparecidos frente a las costas tunecinas en el primer semestre de 2023 a más de seiscientos, una cifra muy superior a la de años anteriores, según cifras recopiladas por Reuters.
La ONG de derechos humanos, Human Rights Watch, instó el viernes a Túnez a poner fin a la “expulsiones colectivas” de inmigrantes africanos en el desierto, donde son abandonados a su suerte.
Cientos de inmigrantes del África subsahariana se encuentran en una situación muy precaria en una zona desértica del sur de Túnez, cerca de la frontera con Libia, tras ser expulsados en los últimos días de la ciudad de Sfax (centro-este) en un contexto de fuertes tensiones con la población local que exigía su salida, según testimonios recogidos por la Agence France-Presse.
Una oleada de violencia cayó el martes y miércoles sobre estos migrantes luego de que uno de ellos matara a un residente durante una reyerta.
Este incidente incendió la pólvora en una ciudad cuyos habitantes proclamaban su exasperación por la presencia de inmigrantes irregulares. Un gran número se instaló allí en espera de cruzar ilegalmente a Italia a bordo de barcos improvisados.