La justicia libanesa está nuevamente bajo el fuego de los críticos. La severidad de la sentencia pronunciada contra el periodista Dima Sadek en el caso que lo opone al líder político cristiano Gebran Bassil revive las acusaciones contra una justicia sujeta a injerencias políticas. El lunes 10 de julio, la estrella de televisión fue condenada a un año de prisión y al pago de 110 millones de libras libanesas (unos 1.100 euros) en concepto de daños y perjuicios, tras una denuncia presentada en su contra por el líder del Movimiento Patriótico Libre (CPL) y género del ex presidente Michel Aoun, quien lo acusó de difamación y calumnias.
El caso se remonta a tres años. Dima Sadek y el bloguero Gino Raidy habían sido citados por la policía judicial tras la presentación de una denuncia por parte de la CPL en febrero de 2020. Al día siguiente de su condena, la periodista recordó, en Twitter, el contexto del caso. “En febrero de 2020, todos recuerdan que dos jóvenes de Trípoli fueron agredidos por la CPL. Uno fue atacado por los guardaespaldas de [l’ancien député] Ziad Assouad, y el otro, llamado Zakaria Al-Masri (…) dice en su declaración escrita que fue golpeado y obligado a decir «Aoun es tu Dios y el Dios de Trípoli». Gebran Bassil me está demandando en el caso Zakaria Al-Masridice Dima Sadek. En ambos casos, dije que estas acciones eran racistas y nazis. »
El titular de la CPL había acusado al periodista de incitar al odio y al racismo, a riesgo de provocar conflictos sectarios, al difundir información falsa. ‘Cuando golpearon al hombre, no fue incitación a la lucha sectaria’irónicamente Dima Sadek en el video publicado en Twitter el martes. “Y no fueron arrestados ni juzgados y nadie les dijo una palabra. Pero se ha pronunciado veredicto para ponerme en prisión, yo que condené este acto”ella continúa, arrepintiéndose “un precedente muy peligroso para la libertad de periodismo, medios y expresión en el Líbano”.
«Precedente peligroso»
Dima Sadek recibió el apoyo de la Orden de Periodistas, quienes dijeron que su “rechazar totalmente las sanciones privativas de libertad contra cualquier periodista que haya cometido un delito en sus publicaciones”. La orden, citada por el diario El Oriente-El díareiteró su oposición a “cualquier comparación de periodistas en materia de opinión ante cualquier organismo que no sea el tribunal de publicación”. Este tribunal no ha dictado penas de prisión en los casos relativos a la libertad de opinión que conoce desde la década de 1990.
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