Hay ocasiones en las que un equipo gana más por necesidad y convicción que por juego. Este éxito fue el sábado ante el Atlético, que respondió con sudor gremial y oficio para imponerse al Girona que empezó el partido marcando el paso con un gol de Dovbyk. La remontada fue también un ejercicio de oportunidades reflejadas en las tres gargantas. Sacó el Atlético demostró tres jugadas que no se encontraban por ningún lado. Un penalti por manos de Miguel Gutiérrez y la fe de Morata en no perder un balón que rozó la línea de gol y que acabó metiéndolo en la cabeza de Correa superó a Simeone en la primera mitad del partido. A la salida del segundo, Griezmann aprobó una pifia en un despeje de Solís para volver a llegar al tercer gol de su equipo. Poste definitivo para un buen Girona, que no sólo había demostrado su precisión y estética en la forma de realizar las transiciones.
3
Oblak, Mario Hermoso, Nahuel Molina, Reinildo Mandava (Witsel, min. 45), Savic, Rodrigo Riquelme (Samuel Lino, min. 68), Koke, Saúl (Morata, min. 40), De Paul (Azpilicueta, min. 74 ), Correa y Griezmann (Marcos Llorente, min. 68)
1
Gazzaniga, Miguel Gutiérrez, Daley Blind, David López (Arnau Martinez, min. 64), Eric García, Yangel Herrera (Portu, min. 64), Sávio (Valery Fernández, min. 83), Aleix García, Jhon Solís, Yan Couto y Dovbyk (Stuani, min. 83)
goles 0-1 minuto. 3: Dovbyk. 1-1 minuto. 34: Griezmann. 2-1 minutos. 50: Griezmann. 3-1 minutos. 51: Correa.
Árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea
Tarjetas amarillas Saúl (min. 25), Yangel Herrera (min. 31), Correa (min. 35), Yan Couto (min. 69) y Marcos Llorente (min. 91)
El gol de Dovbyk fue el empate en una carrera astifina de Savinho para rajar toda la banda derecha que defendía Nahuel Molina y luego deslizar la diagonal para jugar con Yangel Herrera en la media luna del área. Luego los dupliqué y empaqué un vaso delgado que solo tuve que llenar. Un gol académico, después de haber conquistado la descoordinada presencia del Atlético con velocidad, desborde y toque y tomar el juego de lado a lado. Los jugadores del Girona se han ganado la condición de ser el equipo que mejor fútbol ha realizado esta temporada. Estrenó este atractivo partido en Girona durante veinte minutos de duración. Tanto es así que quise rectificar a Simeone. Con el fuego puesto en la visita del martes al Dortmund, Witsel, Marcos Llorente y Morata fueron carne del banquillo. El técnico rojo no sólo había oxigenado al equipo, sino que también había vuelto a la defensa del equipo, con Reinildo desde el lateral. Antes de la llegada de Lino a Dortmund por sanción, la alineación defensiva mozambiqueña se volcó a una prueba para ver si así, ya como lateral en una defensa de cuatro, o como tanque en una defensa de tres centrales, recuperaba el tono y el ritmo de juego que todavía no parece haber encontrado después de un año lesionado.
No funcionó el partido, tampoco la alineación con Riquelme atrás, Saúl detrás de Koke y De Paul y con Griezmann y Correa delante. En Girona bastaba con cerrar las escaleras interiores para despertar el color rojo. Cedía las costas se disfrazan para que el Atlético pierda en los centros laterales ante Griezmann y Correa poco quiso hacer ante Ciego y David López. Con el gol en contra, la falta de ataque y la facilidad con la que el Girona desaprovechaba las líneas de presión, Simeone ordenó la vuelta a la defensa de tres.
Los futbolistas del Cholo se encuentran más cómodos con la vuelta al sistema futbolístico del último año y medio. El movimiento de la pizza tuvo éxito con Griezmann de la zona y el método en el partido. El Atlético fue el más sorprendente. En cierto modo, Girona también la ayudó a crecer. Tuvo en el Atlético ante los equipos, pero estaba convencido de que mirando las posiciones en el campo era él quien debía dar.
Sin mucho fútbol, el Atlético ha convertido el partido en una causa de trabajo y cargo. Todas las cosas. De un pase lateral sacó el penalti a manos de Miguel Gutiérrez, quien saltó despistado con los extremos sobre su árbol libre para intentar evitar que Mario Hermoso conectara un cabezazo. Griezmann ajustó el lanzamiento raso, a la izquierda de Gazzaniga.
Con empatía, el Girona también parecía tener el control del partido, pero ya era un equipo menos punzante y más horizontal, sin darle mucho tiempo a escaparse a Savinho. La entrada de Morata por Saúl, que rompió a media hora, Dios empaquetó más a los rojiblancos. Pese a todo, Savinho podría ser objeto de penalti porque entre De Paul y Reinildo derribararon una palma dentro del área. La universidad no informó nada malo. Pronto, Morata firmó la jugada del partido, una combinación de fuerza para perseguir el balón hasta línea de fondo, de habilidad para prevenir con una ruleta que sala y de precisión para guantear una rosa con cicuta. En el espacio entre los dos centrales donde surgió Correa para desviar la trayectoria del gol con un picado cabezazo.
Desde abajo, Girona volvió a quedar abandonada. Y me golpearon de nuevo y ya no se puede hacer nada más con la situación. Un mal centro de De Paul al área le despejó con el tobillo de Solís y el balón volvió a subir. Luego estuvo Griezmann, que con el tobillo detrás de Maltrecho fusiló para alcanzar a Gazzaniga con un violento disparo. El escenario ya era favorable para el Atlético. No sufrió el exceso de arremetidas del Girona para tratar el marcador. Abrió el Oblak con un par de disparos lejanos, pero nunca pareció poner en peligro a Victoria Rojiblanca.
El Atlético necesitaba esta victoria para mantener su ventaja de puntos sobre el Atlético, quinto clasificado, y acercarse a cuatro puntos del Girona. Si el martes juegas las semifinales de la Liga de Campeones, no deberías cansarte de intentar jugarlas la próxima vez.
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